domingo, 24 de junio de 2012
BASÍLICA DE SAN JUAN DE BAÑOS. PALENCIA
Basílica visigótica de San Juan de Baños, en Baños de Cerrato (Palencia) erigida por el rey visigodo Recesvinto en el año 661.
Foto: Santiago Redondo Vega
Alma en piedra de tierra visigoda,
secreto de agua y luz en carne esbelta,
estigma del silencio que atardece los días
y amanece los sueños de un íntimo Cerrato.
Basílica de historia y confidencias,
símbolo de la impronta del Bautista
donde cabe la sed de todos los caminos
que hirieron y herirán el alma de esta tierra.
Magia, hechizo, leyenda,
convicción de la hechura de un cielo que se irisa
y se ensombra entre surcos
de arados y horizontes.
Piedra de armas tomar,
erguido labio,
grito de milenaria encarnadura,
capricho de la voz que en brazos se adormece
de un tiempo sin piedad
carmín y enaltecido.
Espacio mineral de aura y paciencia
donde sanara el mal de un Recesvinto
que encaminó la paz de un cielo hecho girones
hacia un dios mineral, belicoso y probable.
Templo, callado templo,
santo y seña del aura de Castilla
donde la piel se eriza y se hace musgo,
donde se inmensa el hombre o se diluye,
-tan sobrio y tan austero-
como la sed y el agua.
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