TREN
Desde la sombra gris de los andenes
suben al tren maletas avarientas,
plenas de viajes, lágrimas y anhelos
-perenne souvenir zurcido en prosa-.
En su partida el tren pronuncia a gritos
adioses a la vida –apeaderos-,
que atestan el vagón de soledades.
Su destino está escrito en los raíles
que se huyen de la tierra al infinito.
Partir, es irse de alma a cualquier parte.
Desde la sombra gris de los andenes
suben al tren maletas avarientas,
plenas de viajes, lágrimas y anhelos
-perenne souvenir zurcido en prosa-.
En su partida el tren pronuncia a gritos
adioses a la vida –apeaderos-,
que atestan el vagón de soledades.
Su destino está escrito en los raíles
que se huyen de la tierra al infinito.
Partir, es irse de alma a cualquier parte.
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