miércoles, 7 de octubre de 2009

A LAS BODEGAS DE VILLALÓN


Hay un mundo de mágico subsuelo
horadado y repleto de leyendas
tras la faz invariable de los años
que blasona la historia más secreta.

Hay un puzzle de túneles profundos
bajo el gris secular de sus aceras,
un pasado de atrases y estraperlo
en tributo a la eterna picaresca.

Hay un cielo de vino y de barricas
en la noche de hambrunas y almadreñas,
un regusto de amor por lo escondido
en deleite de curas y abadesas.

Hay un campo de túneles abiertos
en el vasto submundo en que penetran,
un remanso de lúgubre ultratumba
donde el tiempo y el alma se maceran.

Un retazo de antaño que es futuro,
un latido de otrora, una quimera,
un fanal suburbano de misterios,
un serón de recuerdos de estameña.

Hay un pulso de vida recobrado
sobre el sueño de arcilla en que se asientan,
un intento de amar lo que fue nuestro
y volverlo a su esencia sempiterna.

Hay un pueblo en Castilla que respira
por las branquias de ayer de sus troneras,
Villalón sabe a espigas en el campo
y a la paz mineral de sus bodegas.

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